24 diciembre, 2012

Los gatos y la suerte.

El gato siempre fue considerado como un animal mágico, en diferentes épocas y culturas.
En el antiguo Egipto fueron adorados. Estaban relacionados con el culto de la diosa Bastet, representada con cuerpo de mujer y cabeza de felino. Bastet era una diosa pacífica, aunque cuando se enojaba su cabeza se transformaba en la de un león y podía volverse salvaje como aquel.

Varias ciudades ubicadas en el delta del río Nilo fueron consagradas a su culto. En ellas se construyeron templos para honrarla donde se criaban gatos que al morir eran momificados, siendo enterrados en pequeños sarcófagos especialmente construidos para tal fin.
En el Museo del Louvre pude ver estas “momias de gatitos”, acompañados de sus tumbas y realmente me pareció admirable el trabajo y la dedicación que recibieron…
Tal era la devoción de los egipcios por los felinos que el castigo para quien mataba un gato, era la pena de muerte y cuando uno de ellos moría los egipcios se afeitaban las cejas en señal de duelo.

En cambio, en la tradición hebrea los gatos se encuentran entre aquellos animales, reales o imaginarios, considerados malignos, como las hienas, los sátiros y las serpientes.
En la Edad Media, se los asocia a las brujas. Se creía que ellas tenían, entre otros, el poder de transformarse en felinos y así poder escabullirse… por eso mismo, los gatos fueron perseguidos, cazados y difamados por el resto de la historia. Tal fue el exterminio de estos animales, que cuando Europa, en el siglo XIV, se vio azotada por la  terrible peste negra, causante de más de 25 millones de víctimas, ya casi no quedaban ejemplares que pudieran ayudar a cazar las ratas propagadoras de la enfermedad.
Los marineros creían que los gatos eran portadores de fortuna, e incluso llevaban gatos en sus barcos, aunque a fines prácticos: con ellos a bordo se aseguraban que no hubiera ratones que pudieran enfermarlos o roer sus provisiones.

Así nuestra relación con los gatos, lo que queda claro es que a nadie dejan indiferentes.

06 noviembre, 2012

Cat and bird. Paul Klee.

Paul KleeSiempre lo relacion con la marca de mallas y bikinis... reconozco mi ignorancia! Pero buscando artistas que hayan pintado gatos en sus obras, me topé con su "Cat and Bird", cuadro que actualmente se encuentra en el MoMa de Nueva York.
Entonces quise saber un poco más sobre él .Y sus biografías dicen así: nació en Suiza, en 1879 y de su padre obtuvo la ciudadanía alemana que usaría toda su vida, ya que Suiza se negó a darle la nacionalidad durante su exilio en ese país en épocas de persecución nazi. 

Su estilo varió entre las escuelas surrealista, abstracta y expresionista.
Trabajó en varios materiales como óleos, acuarelas y tintas. Participó del Jugendstil (nombre que llevaría el modernismo en Alemania). Durante esos años conoce a Wassily Kandinsky, y junto a otros artistas promocionan el movimiento Blaue Reiter (Jinete Azul).
Fue soldado en la Primera Guerra Mundial, por ser ciudadano alemán y al terminar se dedicó a enseñar en la famosísima Bauhaus. Los nazis lo denuncian por realizar "arte degenerado" y se exilia en Suiza. En el año 1936 se le diagnostica esclerodermia, una enfermedad degenerativa que lo llevaría a la muerte en 1940.


Este óleo, "Cat and Bird", fue realizado en el año 1928.  Paul Klee sostenía que los niños están más cercanos a la "fuente de la creatividad", y aquí vemos  su  intención de pintar como si de trazos infantiles se tratara. El ave está en la mente del gato. Klee se concentra en la fantasía, el apetito, el hambre del cerebro. Uno de sus objetivos como artista, según sus palabras era "hacer visible visiones secretas"... en este caso, hacer visible los secretos de un gato.

23 septiembre, 2012

Le chat. Guillaume Apollinaire.

Je souhaite dans ma maison:
Une femme ayant sa raison,
Un chat passant parmi les livres,
Des amis en toute maison
Sans lequels je ne peux pas vivre.

Le chat. Guillaume Apollinaire, del libro "El bestiario o el cortejo de Orfeo", 1911.

04 septiembre, 2012

El gato negro, Edgar Allan Poe.

Edgar Allan Poe (1809 - 1849), fue un escritor y periodista estadounidense. Su obra se considera fundante en el género policial. Sin embargo, logra su máxima expresión en los relatos cortos, que se desarrollan casi siempre en ambientes góticos y siniestros, sumamente atractivos...
Lamentablemente tiene una vida plagada de infortunios: sus padres fallecen cuando él era un niño; no tiene buena relación con sus padres adoptivos; se casa y enviuda joven. Sufre de alcoholismo y se cree que esa es la causa de su prematura muerte, a los 40 años de edad.
Deja tras de sí obras imprescindibles para el mundo literario: “Cuentos de lo grotesco y lo arabesco”, “La caída de la casa Usher” o “Los crímenes de la calle Morgue”, o su famoso poema “El cuervo”, son prueba de su virtuosismo.

El cuento “El gato negro” se publica por 1era vez en el año 1843 en el diario Saturday Evening Post de Filadelpia, Estados Unidos, es uno de mis favoritos y comienza así:

No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no es un sueño. Mañana voy a morir y quisiera aliviar hoy mi alma. Mi propósito inmediato consiste en poner de manifiesto, simple, sucintamente y sin comentarios, una serie de episodios domésticos. Las consecuencias de esos episodios me han aterrorizado, me han torturado y, por fin, me han destruido. Pero no intentaré explicarlos. Si para mí han sido horribles, para otros resultarán menos espantosos que barrocos. Más adelante, tal vez, aparecerá alguien cuya inteligencia reduzca mis fantasmas a lugares comunes; una inteligencia más serena, más lógica y mucho menos excitable que la mía, capaz de ver las circunstancias que temerosamente describiré, una vulgar sucesión de causas y efectos naturales...

28 agosto, 2012

Aspiraciones...

Rayado por la sombra de los bambúes, el gato
se sueña tigre.

Elsie Vivanco (Buenos Aires, 1936)

20 agosto, 2012

Félix, The Cat.

Todos, seguramente alguna vez, hemos visto al gato Félix. Como estampa en una remera, en la tele, o en libros infantiles… Este dibujo, dedicado originalmente al público adulto, apareció al comienzo de los años '20, como personaje animado en pleno apogeo del cine mudo.
El caricaturista australiano Pat Sullivan, y el animador estadounidense Otto Messmer fueron los creadores de Félix, aunque muchos historiadores, afirman que Sullivan plagió a Messmer. Más allá de estas internas, el gato Félix fue un gigantesco suceso mundial, comparable al del gran Charles Chaplin.
Las primeras caricaturas reflejaban los pensamientos estadounidenses de la época. Temas como la “ley seca”, la aparición de los sindicatos, y cantantes y actores de moda, formaron parte de sus argumentos.
Su éxito duró hasta que el traspaso del cine blanco y negro al technicolor y la inclusión de sonido en los cortos, le restaron interés en su audiencia. Además otro personaje surgía en la animación de Estados Unidos: de la mano de Walt Disney nacía el imbatible Mickey Mouse.
Comenzando la década del '60, el gato Félix reapareció en la televisión pero inclinado esta vez al público infantil, introduciendo nuevos elementos como un bolso mágico que podía tomar la forma que Félix quisiera.

"El pequeño felino negro es una de las grandes creaciones del arte de los comics: su soledad, su sentido de alienación y su obstinada lucha contra el destino, los elementos, el frío, el hambre y la humanidad insensible le señalan como uno de los primeros héroes del absurdo disfrazado de animal", según palabras de uno de las grandes autoridades del comic, Maurice Horn.



03 agosto, 2012

Autorretrato con collar de espinas. Frida Kahlo.


Durante el verano de 1939, Frida Kahlo y Diego Rivera se separan y ella se instala en la Casa Azul, en Coyoacán. En el otoño siguiente, la pintora padece una infección en las manos y experimenta agudos dolores de columna, como otras tantas veces en su vida. Tiene tan sólo 32 años.
En 1940 pinta este cuadro, que se llama "Autorretrato con collar de espinas". Aquí Frida se hace a sí misma de frente. Lleva una corona de espinas a modo de collar. Las espinas se hunden en su cuello, reflejando el dolor ocasionado por su reciente divorcio. Colgando del collar hay un colibrí muerto, cuyas alas extendidas imitan las cejas de Frida. En el folklore mexicano, los colibríes muertos son usados como amuletos para invocar la llegada de un nuevo amor.
Sobre su hombro izquierdo, un gato negro, símbolo de mala suerte. El gato está esperando saltar sobre el colibrí. En el hombro derecho, se encuentra su mono, regalo de Diego. Alrededor del pelo, las mariposas representan la resurrección. De fondo, un muro de plantas tropicales.

Frida había pintado anteriormente otro autorretrato con intenciones de regalárselo a su amante de entonces, el fotógrafo húngaro Nickolas Murray. Pero después de su separación, tuvo que vender ese cuadro para poder pagar a los abogados que le hicieron la gestión de divorcio. Para reemplazar el regalo de Murray, se pintó nuevamente.

En palabras de ella: "pinto autorretratos porque estoy mucho tiempo sola. Me pinto a mí misma porque soy a quien mejor conozco".

08 julio, 2012

Purina.

Los castrados
de departamento, a cada rato
maúllan exigiendo su comida.
Nada que hacer, mirar por la ventana,
jugar con los pinceles en la mesa
o dormir. El agite de una bolsa, un ruidito
de piedras en el plato
los excita como una gran noticia. Un día
es una línea interminable
que algunos gatos cortan con Purina.

"Mascotas" de Paula Jiménez (Buenos Aires, 1969).

06 julio, 2012

Morgan, Anoush y Tanguy.

A mi papá le decían Matute: alto, medio grandote y siempre con cara de malo. A mí mamá le encanta Benito Bodoque, es su dibujito favorito y yo, muero de amor por los gatitos. Míos y ajenos, de la calle, del parque, los que veo por ahí, estando de viaje o en mi ciudad. Les saco fotos. Si veo algún libro sobre gatos, seguro lo compro... Tengo un hermoso reloj con forma de gato que traje de París. Banquito con cara de gato. Cajitas con caritas de gatos. Amigos con gatos. La gente a la que le gustan los gatos, me cae bien. La gente que no quiere a los gatos, me genera desconfianza.

Mi primer gato se llamó Morgan, lo tuve años hasta que se enfermó y murió. Era medio rubión, de cola pomposa y muy callejero. Después vino Anoush, una verdadera princesa egipcia de ojos azules y con una tranquilidad casi zen. Y con la intención de hacerle compañía, llegó Tanguy, un callejero grisecito más lindo que no sé qué! Ya no viven conmigo y los extraño, pero están en un lugar mejor, donde pueden tomar sol y revolcarse en la tierra cuando les place... y de extrañarlos, surgió este blog.